martes, 21 de octubre de 2014

Ébola: Mea Culpa

Ya tenemos el primer caso de contagio por ébola en suelo europeo, según altos cargos de las administraciones responsables la culpa la ha tenido una auxiliar de enfermería que formaba parte del equipo que atendió a uno de los dos españoles repatriados de África afectados por el virus. Mi sensación al leer las noticias y las declaraciones de las autoridades sanitarias acusando a la auxiliar me producen cierto déjà vu.
Recuerdo que cuando estalló la crisis de 2008 con toda su crudeza, no fueron pocos los dirigentes políticos y económicos que echaron, sin ningún rubor, la culpa de la situación a la clase trabajadora que, aprovechando la abundancia de trabajo, se lio la manta a la cabeza y comenzó a comprar a crédito pisos, coches, viajes, etc… Que esa crisis se gestase desde las instituciones financieras norteamericanas con la comercialización de las hipotecas subprime posteriormente vendidas a la banca internacional y a fondos de inversión, parece que no es relevante. Que quebrasen países comenzando con Islandia y siguiendo por los PIIGS, tampoco parece un dato reseñable. Que la banca estuviese descontrolada en su política de concesión de créditos sin garantías a inmobiliarias, promotoras y constructoras, tampoco parece algo a tener en cuenta. Que los organismos reguladores y controladores de las entidades financieras no hayan ejercido sus funciones y que parte de la banca patria haya tenido que ser rescatada con fondos públicos, debe ser un punto anecdótico. Que las administraciones públicas se lanzasen a promover obras faraónicas con sobrecostes surrealistas, tampoco debe ser razón de peso. No me detendré a mencionar con detalles la hemorragia que al erario han causado el compadreo, trinque, comisiones, dinero b, sobornos, mordidas, dietas, sobresueldos, ERES, etc... peccata minuta ¡Ah pero si el obrero español se compra un piso y un coche y tras quedarse sin empleo no puede hacer frente a sus deudas, eso sí es el acabose! ¡Las puertas del Averno se abren, la economía mundial se tambalea y la bestia surgida del abismo es desatada para terror y espanto de todos!
Pues bien, parece que una segunda bestia terrible y espantosa ha sido liberada por la clase trabajadora, esta vez una auxiliar de enfermería. No es relevante que los profesionales sanitarios que atendieron a los infectados no hubiesen recibido formación rigurosa para manejar casos de esta complejidad y peligrosidad según declaraciones del presidente del Consejo General de Enfermería. Tampoco hay que detenerse en que el protocolo de la OMS para la detección de casos de ébola haya tenido que ser modificado sobre la marcha al ver que el punto que trata sobre la temperatura a partir de la cual el caso puede ser ébola, 38,6ºC, no es fiable. Ni citar que la Sociedad de Virología acusa a los políticos de "ignorancia" en la gestión de la crisis del ébola. Tampoco nos fijemos en que en una entrevista el coordinador del Centro de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón haya reconocido que se han podido cometer errores en el proceso de control del caso y que están siendo evaluados. Debe ser desdeñable que, como explicaron las autoridades sanitarias en rueda de prensa, la paciente notificara los primeros síntomas de la enfermedad el pasado día 30 y no se establecieran medidas de aislamiento, hasta el punto de dejarle marchar de vacaciones. Tampoco merece nuestra atención que la ambulancia en la que se trasladó a la enferma siguiese prestando servicio sin haber sido desinfectada. 
Podríamos seguir enumerando este tipo de naderías hasta el hastío, mientras tanto, tras patentes y reconocidas muestras de incompetencia y mala fe de los responsables políticos, la única señalada sigue siendo Teresa Romero que se presentó voluntaria para atender al misionero repatriado. Para pasmo a día de hoy no ha habido dimisiones y lo que es peor, tampoco ceses. Deben estar esperando a que dimitamos nosotros, el pueblo, por habernos convertido en una carga tan difícil de llevar. ¡Me duele España, vaya que si me duele!

domingo, 1 de junio de 2014

I Need a Dollar

El mundo sigue girando. A pesar del cataclismo las calles se llenan cada mañana de gente que se dirige a sus ocupaciones, el tráfico sigue colapsando el centro de la ciudad y en las tardes soleadas los parques aún se llenan de juegos y risas. La vida no ha terminado, solo la mía.

Tan cerca pero tan lejos la que también fue mi existencia pasa a mi lado a diario, alzo mi mano con una súplica en mis ojos, pero sé que vivo en un plano de la realidad distinto y apenas unos pocos perciben mi presencia. Mi invisibilidad no me molesta, al menos desde hace un tiempo la prefiero al dolor  que me causaban las expresiones que se dibujaban en  los rostros de aquellos que muy a su pesar se encontraban con mi mirada.

Todavía noto la tierra moviéndose bajo mis pies, en una fracción de segundo todo se vino abajo cuando me sentía seguro y confiado. Pero eso ya pasó y nada volverá a ser igual. A quién le importa, a mí ya no.

Hoy solo necesito un dólar. 

I need a dollar by Aloe Blacc (versión con quinteto de cuerda y subtítulos en español)




I need a dollar by Aloe Blacc (versión original)